Desafíos sensoriales veraniegos

Desafíos sensoriales veraniegos

Algunas situaciones propias del verano pueden convertirse en verdaderos desafíos para los niños y niñas con dificultades del procesamiento sensorial.

 

Vamos con un repaso y algunos consejos para disfrutar de nuestro verano con todos los sentidos:

 

CREMA PROTECTORA SOLAR

 

Si tu peque se resiste a las texturas húmedas o pegajosas o al protector en aerosol puedes probar con toallitas protectoras o protectores especialmente fluidos y de fácil absorción (para evitar que vean el color una vez hayas terminado de aplicarlo). También es una gran idea utilizar ropa con factor de protección UPF50 para reducir la cantidad de piel expuesta y, por lo tanto, con necesidad de crema.

 

CAMBIO DE CALZADO

 

Las chanclas y sandalias pueden suponer un problema para los niños con sensibilidad al sonido (por el ruido que hacen), tacto (tiras entre los dedos y materiales nuevos o demasiado pie expuesto) u olfato (olor a plástico o cuero) así que buscar soluciones alternativas con zapatillas de lona, zapatos muy abiertos, zuecos o cangrejeras de un material agradable es siempre una buena idea. Intenta, en cualquier caso, que tu pequeño participe de la elección del calzado veraniego.

 

INSECTOS

 

Evita salir en las horas de mayor actividad de los mosquitos: el amanecer y el anochecer si tu peque no soporta su zumbido o especialmente sensible a las picaduras. Puedes utilizar también sombreros y gafas protectoras y, si el repelente de insectos tiene un olor demasiado fuerte para él o ella, sustitúyelo por brazaletes o velas y aparatos especializados en casa.

 

ARENA

 

Si tu pequeño no tolera el tacto de la arena recuerda ir a la playa con calzado cerrado y disponer de una esterilla o manta grande en la que pueda sentarse cómodamente. La ropa ligera puede ser de gran ayuda para ir acostumbrándose poco a poco a lo divertido que es hacer castillos o cavar hoyos.

 

PISCINA

 

Las ventajas de nadar son tantas que merece la pena adaptar nuestra visita a la piscina con con tapones y gafas para evitar ruidos y otros estímulos y concentrarnos en estar en el agua. Llevar varias mudas para aquellos niños que no soportan el tacto de los bañadores húmedos es también una buena estrategia.

 

El verano nos ofrece desafíos pero también muchas oportunidades de aprendizaje y las nuevas rutinas nos permiten enseñar hábitos de autonomía personal y aumentar la participación y socialización de nuestros pequeños.

 

 

¿Qué habéis aprendido en casa con los desafíos veraniegos?